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sábado, 13 de diciembre de 2008

Mi confrontación con la docencia

Para mi escrito tomo en cuenta principalmente las ideas de Paulo Freire y Miguel Angel Santos Guerra. De Esteve (me pareció demasiado lírico -en el peor sentido- y adoctrinado, además su ejemplo de los “medievalistas” es extremista) sólo retomo que para la comunicación con los- las alumnos (as) se requiere “saber escuchar...saber preguntar..y distinguir el momento en que debemos abandonar la escena”.
Aplicar esto en el aula paliaría un poco la distancia que muchas veces imponemos al “dar” clase. Asimismo, al establecer cercanía con el alumno propiciaríamos en él la sensación de confianza y en nosotros la empatía tan necesaria para identificar no sólo los estados emocionales sino los procesos cognitivos del alumno.
Precisamente es esta cualidad que Freire resalta también: “ ...observando la manera como la curiosidad del alumno aprendiz trabaja para aprehender lo que se le está enseñando, ... , el educador se ayuda a descubrir dudas, aciertos y errores”. Amplía esta idea cuando nos habla de que los procesos mentales que le surgen al profesor a partir de observar los procesos del alumno al aprender ...”es la mejor definición de humildad”. Más adelante Freire reitera el profesor “se involucra con la curiosidad del alumno y los diferentes caminos y senderos que ella lo hace recorrer”
Entre los puntos en los que converge con Santos Guerra están la necesidad de la enseñanza crítica y la ubicación en una dimensión social e institucional de la enseñanza pues ésta no sólo se realiza en el aula.
“Al estudio crítico corresponde una enseñanza igualmente crítica que necesariamente requiere una forma crítica de comprender y de realizar la lectura del mundo, la lectura del texto y la lectura del contexto” Freire p4. Esto lo relaciono (distancias guardadas) con las situaciones “externas” a que me
referí en mi primera intervención en este foro.
Es importante resaltar como Santos Guerra reitera sobre el carácter institucional de la educación: “La presencia en los centros ha de tener como eje la dinámica general del mismo y no sólo la actividad del aula...los profesionales trabajan inmersos en la institución y condicionados por ella...La práctica reflexiva exige el dominio de esquemas de análisis bien articulados”
Respecto a la unión de teoría-práctica ambos coinciden: Freire lo ilustra con dos ejemplos y Santos Guerra lo expone así “Las teorías generales sobre el aprendizaje ...descontextualizadas de las prácticas no facilitan la formación de profesionales reflexivos” A partir de esto yo me pregunto si no subyace aquí el malestar docente. ¿Si no es la distancia entre teoría y práctica y la falta de un análisis crítico sobre la realidad educativa (el primer paso para avanzar) lo que produce la percepción de que se regresamos siempre al punto de partida?
Finalmente Freire nos da unas verdaderas clases cuando dice: “el lector estudioso precisa de ciertos instrumentos fundamentales sin los cuales no puede leer o escribir con eficiencia” y pasa después a enumerar las herramientas necesarias: “diccionarios manuales de conjugación, la lectura comparativa etc. Y toca el importante punto de que si el profesor o el alumno no tienen acceso a ellos es un derecho y un deber reivindicarlos.

1 comentario:

  1. Hola Alma Rosa, te felicito por tu trabajo en esta entrada, y te invito a que sigas usando estas herramientas en beneficio del desarrollo cognitivo de tus alumnos.
    Adelante
    Carlos G.

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